Actualmente en nuestro país, no hay evidencias de que el ciclamato de sodio, endulzante que contiene la Coca Zero que se comercializa en nuestro país como uno de los productos light, represente un riesgo significativo a la salud y, por tanto, deba ser prohibido en México.
Sin embargo, especialistas señalan que es un mito que la inclusión de productos light en la dieta contribuirá a bajar de peso si no se sigue un plan integral de alimentación. Si bien es cierto que en comparación con los alimentos normales, tienen en promedio 30 por ciento menos calorías, grasas, sodio y azúcares, la baja ingesta de estos componentes podría traducirse en hipertensión o desórdenes gástricos.
"Los alimentos light no son milagrosos. Contienen aditivos, vegetales o sintéticos, cuyo consumo cotidiano puede traducirse en algún problema de salud en órganos clave, como los riñones", aseguró Rebeca Castro, jefa de Nutrición y Dietética del Hospital General de Zona de Troncoso del IMSS.
Apuntó que estos productos deben consumirse con moderación y no son recomendables en las etapas del crecimiento como la infancia, la adolescencia, el embarazo o la lactancia, ya que son periodos de la vida en los que se requiere un mayor aporte de carbohidratos, grasas y proteínas.
Agregó que por ningún motivo deben considerarse en un plan alimenticio para bajar de peso y que en la mayoría de estos productos, el azúcar es sustituida generalmente por fructuosa o sacarina, que al entrar en el cuerpo se convierte, en glucosa, que es la sustancia que se trataba de evitar en primer lugar.
La nutrióloga explicó que se llaman "dietéticos" a los productos en que se han reducido grasas, kilocalorías o sodio, mientras que los "bajos en grasas" tienen un contenido menor de éstas (hasta el 30 por ciento) que el producto regular.
Sin embargo, añadió que el proceso industrial al que son sometidos hace que muchos de éstos tengan en realidad un gran aporte calórico. Tal es el caso de algunas leches, cremas, mantequillas, panes, cereales y postres.
La especialista del Instituto señaló que las personas con diabetes o problemas cardiovasculares que requieren controlar el aporte energético en su alimentación, pueden usar como complemento aquellos con bajo contenido de azúcar y grasas, pero siempre deberá ser bajo prescripción médica a fin de detectar cualquier problema adverso.Ante ello, consideró que "no hay mejor alimento que el natural, que siempre será la opción para una dieta sana"; lo importante, dijo, es la forma en que se consumen y aprender a balancearlos.
Dijo que lo ideal es que cada paciente tenga su propio régimen alimenticio y debe contener una variedad de productos naturales, preferentemente frutas y verduras de temporada.
Es posible llevar una dieta adecuada sin recurrir a los productos light, para lo cual se debe retirar la grasa de los alimentos naturales, ingerir aquellos que tengan mayor cantidad de fibra y beber un promedio de dos litros de agua al día.
En este mismo sentido, la doctora Guadalupe Elsa Pizano, jefa del Servicio de Nutrición y Dietología del Hospital General de Zona número 26 del IMSS, advirtió sobre el riesgo de "ponerse a dieta" con el consumo prolongado de alimentos light.
Las afectaciones el metabolismo pueden llegar en casos extremos hasta el desarrollo del cáncer, debido a que los conservadores generan un efecto directo en las células y contribuyen a que se produzcan más radicales libres que las modifican o las destruyen, explicó Pizano.
Dijo que la dieta que funciona en una persona no necesariamente le sirve a otra, ya que hay diferentes formas de almacenar grasa en el cuerpo: hay quienes la acumulan en el estómago y les aumenta la cintura (como una manzana), y hay otras personas que guardan la grasa en cadera, glúteos y piernas (en forma de pera).
Sobre la Coca-Cola Zero, ya desde agosto del 2007, la comisionada del área de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), al respecto, la funcionaria de la Secretaría de Salud, aseguró que el ciclamato de sodio "no representa un riesgo más allá del riesgo que es en sí el consumo de cualquier refresco".Incluso, señaló, que esta molécula podría bajar el consumo de refresco, ya que el ciclamato satura rápidamente las vías edulcorantes, "lo que puede hostigar (en la persona) el ingreso de azúcar".
Dijo que para permitir la venta de estas sustancias en el país, se tomaron criterios científicos basados en referencias internacionales. Consumos seguros, entre ellos los de organismos internacionales como el Comité Científico de Alimentos de la Unión Europea y la JoinFAO/WHO Experts Comité on Food Additives, quienes avalaron el consumos seguros de esta sustancia desde la década de los 80.Agregó que esta molécula no sólo se encuentra en este refresco, sino también puede estar en otros productos como en panes.
La "falsa confianza" que provocan éstos productos
El jefe del departamento de Nutrición Clínica del Instituto Nacional de Nutrición, Alberto Zúñiga, aseguró que uno de los problemas fundamentales de estos productos es que causan una "falsa confianza" en el paciente, que cree que al sustituir los alimentos normales por los light, puede consumirlos indiscriminadamente o que puede combinarlos con los alimentos normales, sin consecuencias para su cuerpo.
Sin embargo, "el producto light no resuelve la compulsión del paciente por comer", aseguró el especialista, quien dijo que por ello, es necesario implementar un plan integral de alimentación.
Explicó que hay varias clases de productos considerados light y uno de ellos consiste en sustituir el azúcar por edulcorantes a los que le quitan las calorías. Sin embargo, dijo, existe una falta de escrutinio en los impactos que a largo plazo generan éstos en el cuerpo, por lo que muchos de ellos se siguen utilizando a pesar de que hay reportes que causan males irreversibles en el cuerpo.
La mayoría de estos reportes están concentrados en la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos, pero en México se carecen de estudios al respecto.
Otra categoría de dichos productos, consiste en alimentos a los que se les retira la grasa o los carbohidratos. Además de que en muchas ocasiones también se les agregan edulcorantes, entre otros.
"Estos productos en especial, producen una falsa confianza en el paciente quien cree que por ser light puede consumir toda la cantidad que desee y perderá peso", explicó Zúñiga.
Esto es totalmente falso, especialmente cuando se mezcla con alimentos altos en grasa y calorías; "tomar un refresco light y una torta no reduce ningún riesgo a la obesidad y al contrario produce más problemas al organismo", aseveró.
Ello sucede porque los procesos industriales a los que son sometidos éstos productos causan que las calorías y grasas que quedan en éstos alimentos y bebidas, sean "diabetogénicos".
Este término significa que producen una sobrecarga de trabajo en el páncreas, lo que a la larga, podría causar diabetes.
Subrayo enfático que no hay "productos milagro" para bajar de peso y que la única manera es no consumir alimentos ricos en calorías y hacer ejercicio.
* EL INCREMENTO DE LA OBESIDAD PESE A LO LIGHT
El doctor Zúñiga dijo que ha quedado demostrado en México y en el resto del mundo, que los productos light por sí mismos no resuelven el problema de la obesidad."El crecimiento en la producción de los productos light viene en paralelo con la epidemia de la obesidad que actualmente viven el 70 por ciento de los mexicanos", aseveró.
Dijo que si éstos productos fuera la solución, no se registraran tantos casos de obesidad, cosa que no ha sucedido. Pese a la saturación en productos light como leches, yogures, galletas, refrescos, crema y cereales, no se ha registrado un descenso en la obesidad, sino al contrario, un aumento."No es una cuestión de causa-efecto entre estos dos fenómenos, pero sin duda existe una relación", aseveró.
* LA OBSESIÓN POR LO SANO
Comer inadecuadamente causa severos problemas de salud, sin embargo, obsesionarse por comer sin calorías también es un problema.
En la actualidad existe un nuevo trastorno alimenticio denominado ortorexia, que consiste en la obsesión de las personas por comer sanamente.La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que este padecimiento afecta a 28 por ciento de la población mundial. En México, quienes más lo padecen son mujeres mayores de 40 años que desean tener el cuerpo y la salud perfectas, aseguró Martha Solís, jefa de la oficina del Departamento de Nutrición y Dietética del Hospital de Gineco-Obstetricia Tlatelolco del IMSS.
"Son las mujeres mayores de 40 años quienes más presentan este mal; ya que se empeñan por tener una nutrición adecuada sin necesidad de recurrir a productos light, y tampoco acuden a la supervisión de un especialista", señaló Solís.
En este mal, a diferencia de la anorexia y la bulimia, en las que se contabiliza la cantidad de alimentos consumidos, las personas se empeñan en que lo que comen sean productos naturales y libres de pesticidas. En estos pacientes, comer sanamente por medio de un control riguroso en las dietas se vuelve una obsesión.
Solís resaltó que la ortorexia es uno más de los trastornos alimenticios, que se originan cuando hay una distorsión de la imagen corporal. Tan sólo en 2007 en el Instituto Mexicano del Seguro Social se brindaron 46 mil 915 consultas en Unidades de Medicina Familiar y tres mil 845 en urgencias por esta causa.
Advirtió que si esta obsesión se lleva al extremo pone en riesgo al organismo, ya que la principal consecuencia es la desnutrición y, por lo tanto, las descompensaciones por la falta de proteínas, vitaminas y minerales que las personas eliminan de sus dietas.
Lo mismo sucede con las grasas, productos animales, los cultivados con sustancias artificiales y los etiquetados o envasados.
"Lo más preocupante es que como en la mayoría de los desórdenes alimenticios pasa mucho tiempo, incluso años, para que la familia se dé cuenta que uno de sus integrantes está afectado", aseveró la especialista.
En su oportunidad Guillermo López Castellanos, médico internista del Hospital General Regional 25, indicó que esta situación se presenta porque tienen una percepción equivocada de su personalidad, sólo creen lo que sus ojos ven y rechazan cualquier opinión que se haga al respecto de su físico o forma de comer.
Indicó que los pacientes que sufren trastornos alimenticios, deben recibir tratamiento psicológico para mejorar la autoestima y poder cambiar la forma en que se ven a sí mismos y retomar valores como la tolerancia y la aceptación para su propio cuerpo.
Hola soy Rosa María y soy nutrióloga. En lo personal, yo sí les recomiendo a mis pacientes el uso de productos endulzados con edulcorantes no nutritivos como es el caso de Coca-Cola Zero y Coca-Cola Light (que están endulzados con Aspartame y Acesulfame-K) pues son muy buenos aliados en la dieta ya que realmente no proporcionan calorías y ayudan a calmar la ansiedad o las ganas de tomar algo dulce.
ResponderEliminarUn estudio muy reciente publicado en el International Journal of Obesity (“Use of artificial sweeteners and fat-modified foods in weight loss maintainers and always-normal weight individuals” Authors: S. Phelan, W. Lang, D. Jordan, R.R. Wing ) indica que el usar estos productos es muy buena estrategia para ayudar a mantener la reducción y controlar el peso.
Algo que sí debemos recordar es que todo en exceso hace daño y que es importante tomar en cuenta la IDA (Ingesta Diaria Admisible) que según la FAO / OMS se define como “Estimación de la cantidad de una sustancia presente en un alimento y/o en el agua potable, expresada en función del peso corporal, que puede ser ingerida diariamente durante toda la vida sin que se aprecie un riesgo sobre la salud del consumidor y teniendo en cuenta el nivel de conocimiento en el momento de la evaluación. Generalmente, se expresa en miligramos de sustancia por kilogramo de peso corporal.”
En el caso de los refrescos, estos son los edulcorantes más utilizados
Edulcorante IDA (Ingesta Diaria Admisible)
http://ific.org/publications/reviews/upload/Low-Calorie-Sweeteners-and-Health.pdf
• Acesulfame-K 15 mg/kg de peso corporal
• Aspartame 50 mg/kg de peso corporal
• Ciclamato Monosódico 11 mg/kg de peso corporal según JECFA (Comité Conjunto de Expertos en Aditivos
Alimentarios de la FAO/OMS) y 7 mg/kg de peso corporal según SCF (Comité Científico para Alimentación)