
La propia compañía fabricante del medicamento ha reconocido las defunciones, pero ha tratado de quitarle hierro al asunto alegando que la salud de los pacientes era ya delicada y que pudieron fallecer por razones ajenas al fármaco.
Sin embargo, las muertes han hecho reaccionar a varios gobiernos e instituciones europeas.
El Ministerio de Salud de Italia, donde dos mujeres de 28 y 45 años perdieron la vida mientras eran tratadas con Reductil, ha ordenado la retirada del producto. Y en el Reino Unido, donde el fármaco se administra desde octubre pasado, el Departamento de Salud no ha llegado a prohibir su venta, pero la Asociación de Consumidores ha alertado de los peligrosos efectos secundarios para los pacientes, que afectan principalmente a la presión sanguínea y al ritmo cardiaco.
El medicamento, también conocido como sibutramina, actúa suprimiendo el apetito y es prescrito a enfermos con serios problemas de peso, casi siempre acompañado con una dieta para controlar el consumo de calorías.
El 15 de marzo, un portavoz de los laboratorios Abbott, fabricante de Reductil, echaba mano de estadísticas para insistir en que las 34 muertes no son motivo de alarma. Según Eugene Sun, vicepresidente del gigante farmacéutico en Chicago, la tasa de muerte de los pacientes tratados con el fármaco es inferior al 1% de la mortalidad que normalmente se da en personas obesas. A juicio de Abbott, otras condiciones medicas subyacentes en el historial de los enfermos, como la cardiopatía o la diabetes, podían haber contribuido a los fallecimientos.
Sun explicó que, entre las personas que consumen sibutramina, el índice de muertes registrado es de dos pacientes por cada 100.000 enfermos tratados al año. En cambio, otros estudios demuestran que la tasa anual de mortalidad para los obesos es mucho más elevada: de hasta 400 por cada 100.000.
Sin embargo los problemas con el medicamento, a la venta desde 1997, no se reducen a los casos de muerte. En el Reino Unido, donde el fármaco se introdujo hace apenas cinco meses, se han registrado 212 informes de reacciones adversas asociadas a la sibutramina, de los cuales 93 se consideran graves, según el Ministerio de Salud británico.
El Gobierno británico lanzó el 15 de marzo un mensaje de calma para los enfermos: como sucede con todos los nuevos fármacos, la Agencia de Control de Medicamentos y la Comisión de Seguridad de Medicamentos están analizando intensamente la inocuidad de la sibutramina.
Según el Departamento de Salud del Reino Unido, los pacientes que actualmente reciben tratamiento con Reductil pueden seguir tomando el medicamento como siempre. Sin embargo, si no se sienten bien o se encuentran preocupados deben consultar a su médico, añadió.
En Francia, Reductil también ha hecho estragos. A principios de la semana del 10 de marzo los reguladores de fármacos recibieron 99 informes sobre los efectos colaterales del adelgazante, de los que una decena eran graves.
Reductil fue autorizado en España en abril de 2001, y ya ha sido consumido por 50.000 españoles.
El medicamento, también conocido como sibutramina, actúa suprimiendo el apetito y es prescrito a enfermos con serios problemas de peso, casi siempre acompañado con una dieta para controlar el consumo de calorías.
El 15 de marzo, un portavoz de los laboratorios Abbott, fabricante de Reductil, echaba mano de estadísticas para insistir en que las 34 muertes no son motivo de alarma. Según Eugene Sun, vicepresidente del gigante farmacéutico en Chicago, la tasa de muerte de los pacientes tratados con el fármaco es inferior al 1% de la mortalidad que normalmente se da en personas obesas. A juicio de Abbott, otras condiciones medicas subyacentes en el historial de los enfermos, como la cardiopatía o la diabetes, podían haber contribuido a los fallecimientos.
Sun explicó que, entre las personas que consumen sibutramina, el índice de muertes registrado es de dos pacientes por cada 100.000 enfermos tratados al año. En cambio, otros estudios demuestran que la tasa anual de mortalidad para los obesos es mucho más elevada: de hasta 400 por cada 100.000.
Sin embargo los problemas con el medicamento, a la venta desde 1997, no se reducen a los casos de muerte. En el Reino Unido, donde el fármaco se introdujo hace apenas cinco meses, se han registrado 212 informes de reacciones adversas asociadas a la sibutramina, de los cuales 93 se consideran graves, según el Ministerio de Salud británico.
El Gobierno británico lanzó el 15 de marzo un mensaje de calma para los enfermos: como sucede con todos los nuevos fármacos, la Agencia de Control de Medicamentos y la Comisión de Seguridad de Medicamentos están analizando intensamente la inocuidad de la sibutramina.
Según el Departamento de Salud del Reino Unido, los pacientes que actualmente reciben tratamiento con Reductil pueden seguir tomando el medicamento como siempre. Sin embargo, si no se sienten bien o se encuentran preocupados deben consultar a su médico, añadió.
En Francia, Reductil también ha hecho estragos. A principios de la semana del 10 de marzo los reguladores de fármacos recibieron 99 informes sobre los efectos colaterales del adelgazante, de los que una decena eran graves.
Reductil fue autorizado en España en abril de 2001, y ya ha sido consumido por 50.000 españoles.
Sanidad asegura no tener conocimiento de muertes, pero sí de casos de reacciones adversas. El Consejo General de Colegios Farmacéuticos advirtió en mayo sobre la escasa experiencia clínica de la sibutramina.
Según explican los endocrinólogos en un comunicado, los fármacos que se utilizan para el tratamiento de la obesidad, como es el caso de la sibutramina, principio activo del Reductil, no deben emplearse en pacientes obesos con patologías cardiovasculares, hipertensión no controlada y enfermedades psiquiatritas, tal y como indica la ficha técnica y como al parecer ha sucedido en Italia.
En espera de nuevas informaciones sobre la seguridad del producto por parte de la Agencia Europea del Medicamento, recomiendan la reevaluación de los pacientes. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición aconseja que las personas que deseen someterse a un tratamiento de adelgazamiento acudan a especialistas debidamente formados, y aconseja a los pacientes que en la actualidad toman Reductil que hablen con su médico si tienen alguna duda razonable. Hace también un llamamiento a aquellas personas que pueden estar tomando el fármaco sin control médico y les recuerda que la sibutramina debe ser dispensada con receta médica y tras una evaluación individual y adecuada.
Según explican los endocrinólogos en un comunicado, los fármacos que se utilizan para el tratamiento de la obesidad, como es el caso de la sibutramina, principio activo del Reductil, no deben emplearse en pacientes obesos con patologías cardiovasculares, hipertensión no controlada y enfermedades psiquiatritas, tal y como indica la ficha técnica y como al parecer ha sucedido en Italia.
En espera de nuevas informaciones sobre la seguridad del producto por parte de la Agencia Europea del Medicamento, recomiendan la reevaluación de los pacientes. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición aconseja que las personas que deseen someterse a un tratamiento de adelgazamiento acudan a especialistas debidamente formados, y aconseja a los pacientes que en la actualidad toman Reductil que hablen con su médico si tienen alguna duda razonable. Hace también un llamamiento a aquellas personas que pueden estar tomando el fármaco sin control médico y les recuerda que la sibutramina debe ser dispensada con receta médica y tras una evaluación individual y adecuada.
Según la Sociedad, la obesidad es una enfermedad crónica que debe ser tratada de forma seria y que en la mayoría de los casos no requiere medicación, ya que es suficiente con realizar cambios en la alimentación y el estilo de vida.
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