lunes, 21 de noviembre de 2011

Irán y la bomba atómica

Los tambores de la guerra vuelven a sonar en el mundo; en la mira están Siria e Irán. A este último se le acusa, otra vez, de intentar desarrollar arsenal nuclear. Voces comienzan a exigir una intervención militar o, cuando menos, más sanciones para el gobierno de Ahmadinejad. Irán responde que “reaccionaría enérgicamente”. El tema se calienta, y de fea forma.

Si Irán desarrolla armas nucleares o no, es complicado saberlo con absoluta certeza. Las evidencias siguen siendo más contradictorias que contundentes. Sin embargo, la lógica de la política iraní hace pensar a cualquiera que la posibilidad existe. Y la verdad es que la proliferación de armas nucleares no es un asunto ni deseable ni conveniente para nadie en este planeta (aunque unos cuantos gobernantes locos crean lo contrario).

Dicho esto, hay un asunto que no parece justo, ni para Irán, ni tampoco para la mayoría de los países: ¿por qué unos sí pueden tener armas nucleares y otros no? ¿Por qué los organismos internacionales no presionan por igual a TODAS las naciones que las tienen, o que se sospecha que las tengan?

Resulta que quienes cuentan con armas nucleares son los primeros en exigirle al resto del mundo que no las desarrollen. En su lógica, ellos sí pueden tenerlas, pero el resto del mundo no.

El argumento que hoy permite la posesión de armamento nuclear a sólo cinco países, de los 190 que han firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, es que esas naciones (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China) ya las poseían desde antes de 1967, además de que las mismas conforman el Consejo de Seguridad de la ONU (otro tema, por cierto, para el debate). En otras palabras, el asunto se reduce a, “como nosotros ganamos (la II Guerra Mundial), nosotros decidimos”.

Eso sí, las cinco naciones están comprometidas a ir “desarmando” su arsenal. Sin embargo, el tema se complica cuando tres naciones en el mundo se niegan a firmar el tratado: India, Pakistán e Israel (las primeras dos abiertamente hacen pruebas nucleares, mientras que Israel se niega a revelar si tiene o no arsenal nuclear). Este desorden da un perfecto pretexto a las naciones “nucleares” para no desarmarse por completo (y así “no quedar en desventaja”). Sin embargo, el veto para que el resto del mundo desarrolle armamento nuclear, continúa. ¡Bonito acuerdo!

Con cierta razón, Irán pregunta porqué la ONU se hace de la vista gorda con respecto a los alegatos de que Israel tiene armas nucleares. Igualmente, preguntamos, ¿por qué el mundo no presiona primero a la India y a Pakistán para que se desarmen? Es más, ¿por qué no presionar a todas las naciones con armas nucleares a que se deshagan de ellas de una vez por todas y crear un planeta libre de estas armas?

Algunas voces argumentan que Irán es un estado más peligroso porque financia a grupos terroristas. El presidente israelí, Shimon Peres, declaró hace unos días a CNN que Irán tiene un gobierno “moralmente corrupto, que arresta a la oposición, que dispara por doquier”. ¿Pero qué no a Israel se le acusa también de reprimir violentamente a la población palestina? La propia ONU llama “genocidio” a la masacre de refugiados palestinos perpetrada por fuerzas israelíes en los campamentos de Sabra y Chatila, en Líbano. ¿No verán millones de árabes a Israel también como “peligroso”?

Con la misma lógica habría que cuestionar, ¿qué hace menos peligrosas a las cinco superpotencias mundiales que hoy poseen bombas nucleares? ¿Con qué autoridad moral se declaran “mejores”, o “más aptos”, gobiernos como el de Estados Unidos, que mintió para invadir Irak, y que ha estado vendiendo armas ilegales al narcotráfico mexicano? ¿O la dictatorial China, que invadió y masacró al pueblo tibetano, sin que ninguna potencia pudiera impedirlo? ¿La propia Rusia, cuyo poderío militar se consolidó cuando a la URSS la comandaba el genocida Stalin, al que se le atribuyen 30 millones de muertes?

Sí, que impidan el que Irán desarrolle armas nucleares, pero que hagan lo mismo con todo país que las posea. No queremos que nuestros hijos sean testigos del estallido de otra de esas estúpidas bombas en nuestro bello y frágil planeta.