
Más de dos décadas después de que algunos padres le retiraron las manzanas a sus hijos debido a temores en torno a una sustancia química en esta fruta, la mayoría de los investigadores consideran que ahora son más seguras aunque aún tienen residuos de pesticidas.
Los que las cultivaban vieron los precios caer después que un reporte televisivo de 1989 desató temores generalizados de que las manzanas estaban cubiertas con una sustancia química llamada Alar, un cancerígeno, empleada para incrementar el color y el sonido crujiente al morderlas.
La indignación del público llevó al gobierno a prohibir algunas de las sustancias y a incrementar la supervisión, al tiempo que los productores de manzanas adoptaron nuevos enfoques a la hora de rociarlas con pesticidas y redujeron el uso de las sustancias químicas más fuertes.
Pero en el 2005, el último año en que hubo resultados disponibles, el Departamento de Agricultura halló residuos de pesticidas en el 98% de las manzanas que examinó.
Pero en el 2005, el último año en que hubo resultados disponibles, el Departamento de Agricultura halló residuos de pesticidas en el 98% de las manzanas que examinó.
Todos los residuos estaban dentro de niveles que se ajustan a las normas federales.
Ese tipo de estadísticas generan inquietud entre los grupos de defensa del consumidor y los expertos en salud.
"La mezcla de pesticidas en la actualidad es menos tóxica de lo que era hace 20 años", dijo Richard Wiles, vicepresidente de políticas en el Environmental Working Group, una organización ambientalista sin fines de lucro con sede en Washington.
"Pero aún quedan muchos pesticidas. Creo que tenemos que revisar de nuevo si estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo para proteger al público de los pesticidas en los alimentos".
Pocos productores de manzanas olvidarán el episodio del programa "60 Minutos" de febrero de 1989 que iniciaba con una historia en torno al Alar y mostraba una manzana marcada con una calavera y dos huesos cruzados.
El reporte se derivaba de un estudio del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales que concluyó que el Alar podía generar cáncer, especialmente en niños.
La opinión pública se indignó de inmediato y algunos padres tomaron acciones impulsadas por el pánico.
Hubo reportes de jugo de manzana arrojado por el drenaje y de una madre que envió a la policía a detener el autobús escolar de su hijo para quitarle su almuerzo.
La actriz Meryl Streep se unió a la causa y exigió se prohibiera el Alar.
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